Qué raro es internet

Hoy en Facebook me he encontrado con Gustave Flaubert. Estaba en la columna de «gente que tal vez conoces», entre mi cardióloga y un tipo con quien compartí una optativa en la universidad. Tiene pocos amigos. Para ser exactos, sólo uno, que se llama Clement Beraud. La vida social de Clement es mucho más intensa que la de su amigo Gustave. Tal vez se deba a que Clement está vivo y Gustave, lamento decirlo, no.

No he podido resistir la tentación de agregarle a mi lista pero, como soy educada, primero le he escrito. Sospecho que la calidad literaria de mi mensaje deja mucho que desear, porque mientras lo redactaba he notado que el bigotudo miraba mis letras por encima del hombro desde su grabado al aguafuerte. Juzgad vosotros mismos:

Estimado Monsieur,

Al parecer usted es amigo del amigo de un amigo, así que no he querido pasar junto a su retrato sin saludarle. Le agradezco enormemente que se haya tomado la molestia de crearse una página en Facebook, lo que tiene un mérito doble por hallarse usted muerto desde hace más de un siglo.

Quiero que sepa que su Madame Bovary es una de las novelas más grandes de la historia de la literatura, aunque seguro que eso ya se lo dicen todas. :´( Los dos puntos y el paréntesis significan que me entristece no ser capaz de elaborar un cumplido más original; a usted le parecerá aberrante, porque es de otra generación, pero si imagina que la pantalla gira noventa grados hacia la derecha, comprenderá lo que quiero decir. Bueno, es igual, déjelo. En cualquier caso, no podía desaprovechar la ocasión de asegurarle que Emma Bovary es un personaje tan inmortal que me recuerda vagamente a mi cuñada. Aunque la idea de que mi cuñada pueda ser inmortal me produce, lo confieso, una ligera inquietud.

Espero que disponga de traductores dondequiera que se encuentre, puesto que si, como ve, no domino el castellano, mucho menos todavía el francés. De hecho, espero que se encuentre usted. No que se encuentre bien o que se encuentre mal: que se encuentre, a secas, que en su situación ya es más de lo que los demás, los mortales, nos atreveríamos a pedir.

Si me acepta como amiga le dejaré ver todas mis fotos.

Suya afectísima, etc, etc…

Qué raro es internet.